martes, 15 de julio de 2008

El límite del investigador (cuantitativo).

Cada vez es más frecuente encontrar en medios de comunicación, y sobre todo haciendo gala de realizar periodismo de precisión, el desmenuzar los datos de una encuesta hasta el punto que dichos datos son del todo "falsos". En definitiva, que por más que se profundice en los datos aportados en una encuesta no se es más preciso, al contrario, los datos carecen de consistencia matemática.


Hay que tener presente que el error muestral es el único de la gran cantidad de errores existentes en una investigación, que es calculable y por llo tanto cuantificable. Cuando un investigador cuantitativo calcula dicho error lo hace en base al universo objeto de estudio (UOE), con el fin de calcular una muestra representativa de ese UOE. Pues bien, ese error muestral es aplicable a la columna de totales y para variables dicotómicas, por eso P=Q=50%. Por lo tanto, cada vez que apolicamos una tabla de contingencia, filtro, capa, etc., tenemos que tener presente que el error aumenta casio proporcionalmente.


De lo dicho anteriormente, se deduce que es el investigador el que definirá los límites de las tendencias y de los datos concluyentes de dicho estudio, y por lo tanto, no se es más preciso si tiende a decir: "el 46% de los hombres de 20 a 35 años de Barcelona fuman".

EJEMPLO: Queremos realizar un estudio para confirmar la hipótesis de que los cigarrillos Marlboro son más fumados por mujeres que por hombres. Si mantenemos unos supuestos iniciales y apliando la fórmula correspondiente para poblaciones infinitas, obtendremos que el tamaño de la muestra que se debe utilizar en la investigación ha de ser de 400 encuestas.

Como consecuencia, el error absoluto en que se incurrirá al estudiar el "perfil" de las mujeres que fuman Marlboro Light (n = 30), no será el }5% fijado inicialmente por el investigador, sino que, de entrada, se acercará al 17%. La fórmula de cálculo del error muestral es la siguiente (tomando un nivel de confianza del 95,5%).


Así, el investigador debe tener en cuenta que el error absoluto que está dispuesto a competer en el estudio no tiene que cumplirse para toda la muestra, sino para el nivel mínimo al que debe dar resultados. Como a priori los tamaños suelen ser desconocidos, el investigador tendrá que ser la persona responsable de hacer las estimaciones pertinentes.


Esperemos que esta no sea una nueva moda como la comentada en el artículo que puedes leer pulsando aquí.

Un empresario puede ahorrar hasta 3 € por cada factura electrónica generada.

Una factura electrónica es la representación en formato electrónico de dicho documento. Es decir, se genera y mantiene electrónicamente y reemplaza al documento físico. Por lo que tiene idéntico valor fiscal y legal. Es un equivalente funcional de la factura en papel y consiste en la transmisión de las facturas o documentos análogo entre emisor y receptor por medios electrónicos y telemáticos.
¿Qué no es una factura electrónica?:
La principal diferencia está en enviar facturas en un formato electrónico y en enviar facturas que, además de estar en dicho formato, poseean validez legal y fiscal. Esta última no dejaría de ser un fichero que contiene una factura pero el envío y almacenamiento del original deberá ser en papel. Por lo anterior, en el caso que una empresa reciba un email sin firmar con un fichero adjunto (pdf, gif, jpg, word, excel), que almacena el contenido de una factura, esta no puede ser considerada una factura electrónica con validez legal y fiscal en tanto en cuanto ese fichero tiene que estar firmado con una firma electrónica avanzada.
Las cifras mostradas por algunos de los ponentes en el foro “Factura electrónica en la PYME” y que recoge también el manual “La factura electrónica” editado por el Plan Avanza del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, presentado durante la jornada, ponen de manifiesto que los empresarios pueden ahorrar hasta unos 3€ por factura con un sistema digitalizado. De este modo se reducen costes, se agiliza el proceso de archivo y conservación, se optimizan los recursos humanos y se gana en seguridad y eficacia. Para quien emite la factura, el ahorro se calcula que puede ser de 0,70€, mientras que al receptor le cuesta 2,78€ menos.
“La economía española tiene un problema de pérdida de competitividad, en gran parte por la falta de digitalización de los procesos de negocio” alertó Francisco de Quinto, secretario del Consorcio Digital, y ha manifestado la necesidad que las PYMES se deben de incorporar a estos cambios. Por otro lado, Pilar Franquet, consultora de Servicios Financieros de “la Caixa” explicó la experiencia de la entidad financiera, que ha puesto al alcance de sus clientes una plataforma que permite la factura digital con buenos resultados, mejorando la agilidad de las tareas de archivo y conservación de la documentación, la reducción de los costes, la optimización de los recursos humanos y una mayor eficiencia. Franquet se muestra optimista y cree que “finalmente la factura digital se acabará generalizando como lo han hecho el correo electrónico o los billetes electrónicos de avión”.

Encuesta Divina.

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